El próximo 11 de noviembre (11 h.), en la siguiente sesión del club, comentaremos la novela de Miguel Delibes: El hereje.
Miguel Delibes Setién (Valladolid, 1920 – Valladolid, 2010). Novelista español y miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte, ocupando el sillón “e”. Doctor en Derecho y catedrático de Historia del Comercio, comenzó su carrera como columnista y posterior periodista de El Norte de Castilla, periódico que llegó a dirigir para, más tarde y de forma gradual, dedicarse enteramente a la novela.
Su labor como novelista se inicia dentro de una concepción tradicional con La sombra del ciprés es alargada, que obtiene el Premio Nadal en 1948. Publica posteriormente Aún es de día (1949), El camino (1950) y Mi idolatrado hijo Sisí (1953). Gran conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado de la caza y del mundo rural, supo plasmar en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza que reflejaría en su novela: Diario de un cazador (1955) por la que le concederían el Premio Nacional de Narrativa. Esta novela vería su continuación en Diario de un emigrante (1958). Sus siguientes novelas fueron: La hoja roja (1959) de contenido existencialista, Las ratas (1962) y en 1966 publica Cinco horas con Mario, considerada como una de sus obras maestras y con la que el autor se adentra en los caminos de la nueva narrativa española; continúa en esta dirección con Parábola del náufrago (1969) y en 1975 con Las guerras de nuestros antepasados. Los santos inocentes ve la luz en 1981 (y es posteriormente llevada al cine por Mario Camus); más adelante publica Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras. En 1998 publica El hereje, una de sus obras más importantes de los últimos tiempos y por la que, de nuevo, le conceden el Premio Nacional de Narrativa. Fue su última novela. Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972).
Su producción revela una clara fidelidad a su entorno (Valladolid) y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión crítica, que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera, alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana. Entre los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la rememoración de la infancia (por ejemplo en El príncipe destronado, de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.
En conclusión, se trata por tanto de una de las grandísimas figuras de la literatura española posterior a la Guerra Civil y uno de los principales referentes de la literatura en lengua española. Obtuvo a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991), el Premio Miguel de Cervantes (1993) y la Medalla de Oro de Castilla y León (2009), entre otros.
El hereje: dedicada a “Valladolid, mi ciudad”, en palabras del propio autor, es la más “ambiciosa y compleja” de cuantas ha escrito. El mismo año en que Lutero provoca el cisma de la Iglesia Romana, 1517, nace en Valladolid Cipriano Salcedo, hijo de un comerciante en lanas y comerciante-fabricante de ropas él mismo, que por razones más sentimentales y afectivas que de conciencia, se adhiere a la secta protestante fundada y dirigida en Valladolid por el Doctor Cazalla. La Inquisición corta de raíz este cisma, y condena a la hoguera a sus seguidores, entre ellos a Cipriano Salcedo. La peripecia humana y espiritual de este hombre honesto sirve a Delibes para trazar una recreación magistral del Valladolid de la época de Carlos I, de sus gentes y costumbres, de la agitación política y religiosa del momento y, sobre todo, de la lucha del ser humano por alcanzar la verdad y por defender a toda costa su libertad de conciencia. En tiempos de convulsiones políticas y religiosas, esa coincidencia de fechas marcaría fatalmente el destino del protagonista. Huérfano desde su nacimiento y falto del amor del padre, Cipriano contó, sin embargo, con el afecto de su nodriza Minervina, una relación que le sería arrebatada y que le perseguiría el resto de su vida. Convertido en próspero comerciante, se pone en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península. Pero la difusión de ese movimiento fue progresivamente censurada por el Santo Oficio.
El hereje es ante todo una indagación en las relaciones humanas en toda su complejidad; un canto apasionado a la tolerancia y la libertad de conciencia. Es también la historia de unos hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y con el mundo que les tocó vivir; una novela inolvidable sobre las pasiones humanas y los resortes que las mueven.
Más información:
- Radio Televisión Española: Miguel Delibes disecciona “El hereje” (2000)
- Fundación Miguel Delibes
Esperamos vuestros comentarios.
3 comentarios
concha
11 noviembre, 2013, a las 10:59 am (UTC 2) Enlace a este comentario
El Herteje es una de las novelas más deslumbrantes de la literatura castellana. La historia que nos cuenta Delibes nos atrapa desde el primen instante de la lectura, por el propio argumento de la obra, por la riqueza de vocabulario que nos obliga en muchas ocasiones a recurrir al diccionario y, cómo no, por los personajes, perfectamente encajados en la época los cuales van evolucionando gracias a la maestría de Delibes. Cipriano y Minervina, los más atractivos para el lector, nos descubren a un hombre y a una mujer que el destino quiso que coincidieran en un momento histórico de una España donde las mujeres eran un simple repuesto para el hombre, una pieza de recambio. Pero Minervina, de manos de Delibres, sabe sobreponerse a ese destino y se va creciendo cada día con gran dignidad. La relación que mantiene con Cipriano es de lo más sorprendente y por sí misma supone para el lector algo bello y atrayente.
Delibres ha tratado el personaje de Cipriano como si se le hubiera sometido a un escaneado psicológico que comienza en el mismo instante de su nacimiento mientras va asusmiendo el odio que inspiraba a su padre y el crecimiento interior que no le abandonaría, incluso, hasta en los últimos momentos de su vida en la hoguera.
Una novela, en suma, histórica, sociológica y antropológica, dado que el atavismo ssurge a cada momento. Muy recomendable y necesaria.
Ángela
25 noviembre, 2013, a las 10:43 am (UTC 2) Enlace a este comentario
Sin duda ,la visita, que realizamos ayer a Valladolid para conocer los lugares de la ” ruta del hereje “, ha servido para conocer más profundamente la terrible parte de nuestra historia que nunca debió existir. Gracias, Mar.
Mar
26 noviembre, 2013, a las 16:13 pm (UTC 2) Enlace a este comentario
Gracias a ti Ángela, la verdad es que realizar “la ruta del hereje” ha resultado un complemento fantástico a la lectura del libro y una actividad de lo más recomendable para todos los que tengan la oportunidad de acercarse a Valladolid para disfrutar de ella.